El proceso participativo que dio comienzo probablemente allá por el 2004 y que culminó con la aprobación en 2009, por la unanimidad del pleno del Cabildo incluido el PSOE lógicamente, fue algo extraordinario y único. Jamás ha ocurrido ni volverá a ocurrir en esta tierra en plan territorial alguno, porque el PTEOR (Plan Territorial de Ordenación de los Residuos) era y es hasta que no haya otro que por lo visto ya contrataron a Tragsa para hacerlo desde cero sin haber implementado nada del anterior; una ley del territorio de obligado cumplimiento. ¿En qué se ha quedado, sobre todo desde la llegada de Valbuena a Medio Ambiente del Cabildo en 2015? Pues en agua de borrajas con un no sé qué de un ‘nuevo modelo’ de cuyo fracaso advertimos desde el minuto cero.
Imagínense ustedes lo que ha traído el PSOE (y Podemos que les apoyaron en todo) a la gestión de los residuos en Tenerife que hace poco más de un año Valbuena anunciaba antes de marcharse ¡a más altas responsabilidades! que iba a cumplir con una parte pequeñita del PTEOR llevando a cabo la planta de compostaje de montaña Birmagen en El Rosario, prevista junto con otra en La Orotava que, con la de Arico y una nueva también en Adeje; habría de dar una inicial respuesta pública al trascendental asunto de la materia orgánica y su correcta gestión. Para ello el hombre redactó su proyecto y su historia y, meses después, su sucesor -también PSOE- no sólo le corta la cabeza al técnico responsable que entronó Valbuena sino que entierra el proyecto de Birmagen y lo propone en un solar previsto en el PTEOR en el Polígono de La Campana para la fundamental planta de clasificación de envases que debía hacerse cargo de esta fracción del contenedor amarillo en toda el área metropolitana (e incluso del norte de Tenerife hasta que tuviera la suya propia) para que no tuvieran que ir y venir a Arico. Se cargan esta planta, prevista en el PTEOR y contra la que siempre estuvo Ecoembes que no quiere saber nada de invertir más dinero en Tenerife, el dinero que pagamos todos cuando compramos productos envasados y que controlan ellos, pese a nuestros paupérrimos datos en reciclaje que nos sitúan en la cola de Europa y muy por detrás incluso de Gran Canaria que ya nos saca varias cabezas en este asunto.
Lo que no consiguió Ecoembes por medio de la alegación al PTEOR que decía que los objetivos de reciclaje de envases previstos, que no pretendían otra cosa que acercarnos a las obligaciones con la legislación comunitaria, eran excesivos y que convenía rebajarlos para escaparnos sólo con la planta de clasificación de envases de Arico pero automatizada (con menos trabajadores en los tiempos que corren); pues va y se los concede ahora por la vía de urgencia nada menos que el PSOE y Podemos por su cuenta y riesgo y al margen de la Ley. Espectacular no, lo siguiente.
Pero todo eso así, sin anestesia ni nada, en contra del Plan vigente, con declaraciones de urgencia por medio de las cuales algún partido ya ha pedido el expediente y por supuesto de espaldas a la Comisión de Residuos (de la que Valbuena y Sabaté Bel echaron al Foro contra la Incineración que esta vez acudió sin voz ni voto porque se entiende que es pública) que debía convocarse tres veces al año y la última había sido en marzo de 2019. El nuevo consejero se guisó y se comió todo esta historia de espaldas a la Comisión que se creo «para garantizar la participación ciudadana y de los agentes económicos y sociales en el control de la gestión de residuos en la Isla y en el desarrollo del PTEOR» (medida 6.2 del documento).
En fin, lo dicho, el PTEOR muerto y enterrado definitivamente sin haber implementado ni una sola de las medidas propuestas y después de habernos puesto a la cola incluso de Canarias, donde Tenerife siempre tuvo un poquito que decir en esta materia. En la Comisión se estrenaron, e intervinieron, el alcalde de Arico que tuvo la ocurrencia de pedir datos sobre lo que en verdad es el objetivo de la Comisión: hacer un seguimiento del PTEOR en relación a los objetivos previstos. Claro, aquellos ni le contestaron, qué saben ellos ni cuáles eran los objetivos ni donde estamos. La otra fue Blanca Pérez, de Coalición Canaria, que en verdad dijo media docena de cosas sensatas y a ver si de ahí se puede esperar algo ¡imagínense! porque el movimiento ecologista ni está ni se le espera. A nosotros nos echaron, así que calladitos la boca en la Comisión (imagino que los de Tragsa se la cargarán también) pero tampoco a verlas venir, supongo, porque trabajito nos costó todo este asunto para llegar a semejante desastre.
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