El ‘Pioneering Spirit’ abandona apresuradamente Granadilla después de la fallida operación propagandística

La Autoridad Portuaria utilizó hasta drones para inmortalizar el atraque allá por el dos de octubre (de cómo les autorizaron a volar drones en la línea del aeropuerto del Sur pues en fin…), pero cuarenta días después se marchó sin previo aviso cuando supuestamente las previsiones eran para «cuatro o cinco meses» de estancia y de trabajos de mantenimiento y reparación.

¿Qué ha pasado para que esos 120 días mínimo, según la Autoridad Portuaria, se hayan quedado en apenas 40 con los requerimientos de una operación de este tipo? En fin, en verdad no creo que nunca nos enteremos porque no sólo todo el mundo calla sino que la prensa llega incluso a poner el parche sobre el grano que aún no ha salido. De este modo Diario de Avisos pone en boca del capitán del barco un frase según la cual este hombre mantiene que no se van por el viento, ese viento que no permite dar un punto de soldadura, que no permite pintar ni a pistola ni a brocha, ni preparar unos engrases con fundamento. Nada, con el viento de estas últimas semanas en esa zona cualquier cosa metálica sufre una agresión tremenda por el salitre pero sin problema, el sitio es el ideal para reparar barcos gigantes como éste.

Y claro, como oposición política ya no hay, prensa libre no ha existido nunca (que uno sea acordado) y la ciudadanía pues estamos a lo que estamos intentando escapar de la quema, pues estas cosas siguen pasando en esta tierra como si tal cosa y la propia empresa que en su momento decía que en Granadilla era inviable la reparación naval, y encargada de este proyecto fallido, pues ni chista tampoco. Porca miseria.

«El problema, en este caso, es que el citado puerto del sur carece de las condiciones necesarias para poder llevar a cabo las tareas de mantenimiento y reparación de buques. «El viento no permite muchas veces ninguna operación; tienen que estar continuamente propulsándose hacia el muelle por culpa del viento; y, además, no hay nada alrededor -el puerto está en medio de la nada, a 60 km de Santa Cruz-. No hay ni empresas, ni pueblos ni hoteles», de modo que las empresas afectadas rechazan esta opción». No lo decían los perroflautas, lo decían los especialistas del sector naval, ahora después de este tremendo fiasco nadie chista porque podría ser el fin de cualquier futura expectativa de negocio en ese puerto inviable de Granadilla que, además del destrozo ambiental sin precedentes, nos costó una fortuna en plena crisis económica y en medio de recortes inhumanos de todo tipo.